No hace mucho tiempo quedé perpleja con la pregunta que una madre preocupada por el futuro profesional de su hija me hacía : “¿Es cierto que invirtiendo en marcas de lujo de moda para mi pupila, bloguera por hobby, puede convertirse en una It Girl del momento, disfrutar de patrocinios de firmas y asistencia a eventos exclusivos del sector?”. De ser así, la progenitora me aseguró, que estaba dispuesta a quitarse incluso de comer, con tal de ver a su hija convertida en una bloguera de moda.
Llevo ocho años dirigiendo una agencia de comunicación en un momento en el que el cambio que estamos viviendo en el sector no solo afecta a los presupuestos, sino a la metodología que, sin duda, tenemos que llevar a cabo para conseguir objetivos. He presenciado cómo el colectivo bloguera o bloguero de moda nacía, se desarrollaba y multiplicaba hasta la saciedad en un momento en el que el drama nacional, la lista del paro se engrosaba, y probablemente las falsas apariencias les hacían creer ver en este hobby, una profesión.
No hagamos caso a falsas apariencias, que muchas veces nos llevan fotos colgadas de blogueros en las diferentes redes sociales: Fotos trucadas, looks con complementos de imitación de marcas de lujo, coincidencias de viajes en ciudades donde se desarrollan las Fashion Week internacionales y un montón de triquiñuelas para así aumentar el número de seguidores con el único propósito de llamar la atención de firmas de lujo y así conseguir patrocinios, algo solo posible para aquellas que funcionan de una forma muy profesional con su blog, con sólida preparación o habilidades en el mundo de la comunicación y moda a escala internacional.
Desde EPComunicación tenemos que contestar decenas de e-mails que a diario con una redacción similar, trabajo de corta y pega, nos solicitan “muestras” de productos de las firmas y marcas que representamos, da igual que sea alta joyería, que complementos. El caso es ofrecerse para escribir un post… ¿Hasta qué punto esto es recomendable para una marca?
Para mí un buen blog de moda debe funcionar como lo hace una agencia de comunicación en el ámbito internacional, pero con el estilo y características que le otorga esta herramienta. Utilizando sobre todo la impecable imagen y look de su protagonistas. Las experiencias que estas profesionales nos pueden aportar son muy valiosas, pero la originalidad, inmediatez y notoriedad serán, sin duda, las bazas para mantenerse entre los mejores del mundo. El único ranking interesante de las marcas para contar con estas profesionales en las pasarelas o eventos.
Mientras escribo estas líneas me llega un artículo de Vogue en donde ya se cuestionan el poder de esta clase que, sin duda, atraída por la búsqueda de: regalos, viajes y ansia de celebridad han convertido en ocasiones en zoo, como bien lo relatan en el artículo, con el beneplácito de algunas firmas y las pasarelas de moda.
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